miércoles, 6 de abril de 2011

Capitulo 6 (Re-edición)

Después de haber estado ahí un buen tiempo, me di cuenta de dónde realmente me encontraba y quiénes eran ellos.

Médiums, la casa estaba repleta de objetos extraños, libros antiguos, cuadros realmente aterrorizadores, el olor a incienso invadía todo alrededor, me provocaba cierto ardor en la nariz. ¿Cómo carajos Takanori conocía a médiums?

Nos dirigimos a una sala, al otro extremo de la casa. Era totalmente diferente al resto de ella, era más acogedora, más simple. Taka y yo nos sentamos en un sillón enorme y cómodo, frente a nosotros, el muchacho extraño se sentó en otro sillón, apoyando sus pies en una mesita de café que había al medio.

- Este rincón me encanta, es mi favorito. Me relaja, eh bueno... que torpe soy, no me presente bien, soy Akira.- dijo con una leve sonrisa.

- Mi nombre es Kouyou- su semblante era algo intimidante, en especial aquel ojo que lo tenía tapado por su flequillo, pero sabía que me observaba, y me ponía nervioso.

- Un gusto Kouyou- su semblante se suavizo y empezó a reír suavemente- no te morderé lo prometo, puedes confiar en mí, no hay necesidad de ponerse nervioso.

- L-lo- siento.

- No te preocupes- esbozó una pequeña sonrisa- Yendo al grano, díganme muchachos, ¿Qué puedo hacer por ustedes?

- Realmente siento molestarte Akira- dijo Taka algo apenado.

- Sabes que cuentas conmigo para todo, tonto. No tienes porque dudar de mí.

- Creo... creo que el problema soy yo-dije mirando al suelo.

- Entonces dime, tratare en lo posible de ayudar. Solo confía en mí- dijo en tono suave y tan amable, que parecía realmente crear confianza en él.

Hay muchas cosas, demasiadas, de las que no tenemos mucho conocimiento, y hasta somos tan ignorantes que no creemos en ellas. Cosas que van más allá de todo lo que pensamos que es posible, de nuestra razón y capacidad de entender ciertas cosas. Yo puedo decir, que era uno de esos ignorantes, esos que no creían en nada, ni siquiera en los sueños.
Pero la vida dio un vuelco tan repentino que me hizo forzosamente cambiar mi forma de pensar, los acontecimientos que había vivido hasta ahora, iban más allá de mi razón. Pero para poder encontrar las respuestas que quería, debía cambiar totalmente mi parecer, y lo hice.
No es algo de lo que me arrepienta, me alegra haber cambiado en mi largo camino a la verdad de estos hechos. Pero debemos aprender a respetar ciertos aspectos, lo peor que puedes hacer es precipitar tus acciones.

De alguna manera, Akira me inspiraba cierta confianza, mientras avanzaba con el relato de todo lo ocurrido. Parecía entender todo lo que le iba hablando, sentí un gran alivio, alguien quien por fin podría comprenderlo, y hasta tal vez ayudarme a lidiarlo.

- Creo saber lo que es...- dijo cuando termine mi relato- Bueno, estoy seguro de lo que es en realidad.

- ¿De verdad?

- Sí, y créeme que es algo... para nada bueno, esto es muy malo-dijo en tono serio.

- Eso lo sé muy bien... demasiado bien.

- Bueno... hace siglos atrás, se lo denomino con un nombre... Doppelgänger, es algo así como un doble.

- ¿Un doble?

- Sí, es algo difícil de explicar. Veras es muy inusual que alguien tenga un doppelgänger, las personas que sí lo tienen, nacieron con él y son atormentadas por él, por toda su existencia. Es un espíritu de muy malas intenciones, los que son destinados a tener su doble fantasmagórico, son personas muy especiales, difíciles de ser comprendidas.

- ¿Por qué tienen malas intenciones?

- La verdad no lo sé, pero creo tener una idea. Son espíritus llenos de dolor, de ira y odian a su doble vivo, lo envidian. Son espíritus realmente especiales... nunca tuvieron vida.

- No comprendo.

- Cuando una persona muere, no deja de existir. Todos estamos destinados a permanecer a este mundo, el cielo y el infierno están aquí, en la tierra, nuestro mundo terrenal. Cuando alguien muere solo deja su cuerpo, pero su conciencia y su alma se vuelven uno solo, en un espíritu. Los espíritus tuvieron vida alguna vez, disfrutaron y perecieron en este mundo, pero al ser espíritus, se encuentran en otra dimensión totalmente diferente.
Los que descansan en paz, protegen todo lo que alguna vez amaron en vida. Y los que... bueno no tienen esa "paz", viven en un mundo de dolor, de ira, de rabia, un mundo de muerte.
Se encuentran en lo que conocemos como "El más allá". Están aquí mismo, pero en una dimensión donde viven las cosas de manera oscura y realmente dolorosa, observándonos. Pero los vivos, no los vemos, a menos que estos espíritus quieran ser vistos. Existen personas que tienen cierta afinidad en sus sentidos desarrollándolos a un nivel superior a los demás, personas que pueden ver espíritus, que los escuchan y hablan con ellos.

- ¿Como tú?-pregunte algo curioso, y él dio una pequeña risa.

- Sí, se podría decir. Pero bueno, resumiendo en pocas palabras. Un espíritu es la conciencia y el alma de una persona que dejo el mundo terrenal. Pero un doppelgänger es diferente, es casi como un espíritu. Pero nunca fue... "persona" que vivió en nuestro mundo experimentando las cosas malas y buenas de la vida. Aun así tiene todas las características de un espíritu, pero una maldad increíble.
Y envidian a su doble vivo por existir en el mundo terrenal, en el cual ellos no tienen parte, no pertenecen. Lo envidian por experimentar esas vivencias que nos fortalecen como humanos, y es por eso que siempre trataran de atormentar a su doble... bueno, por lo menos esa es mi teoría.

- Eso es realmente escalofriante.

- Lo es, algunos son atormentados por su doppelgänger desde que nacen, otros desde que van creciendo y experimentando etapas de la vida, hasta puede aparecer por primera vez cuando uno ya es viejo. Pero al final siempre estarán siendo constantemente aterrados por ese espíritu.
Algunos pueden presentarse ante otras personas... - puso una expresión preocupada- y eso es lo peor que te puede pasar, ver a un a doppelgänger es un augurio de mala suerte, o de enfermedad y probablemente, pero es muy raro, la muerte.

Sentí un terror total, tenía tanto miedo, no solo por mí, pero también por Taka.

- Algo muy raro de todo esto, es que los que tienen su doble, no lo ven. Solo son torturados por su doppelgänger, pueden escuchar voces que les dicen cosas que no quieren escuchar, cosas horribles, pueden ser agredidos físicamente constantemente, sentirse presas de su fuerte presencia y victimas de algo que no pueden ver.

- Pero... ¿Por qué no lo pueden ver?

- Hay un dicho, interesante, que dice:

"El que ve a su propio Doppelgänger,
significa que va a morir."

Es por eso que este muchacho, solo escucha voces y es agredido por su doble, pero no se muestra ante él, como lo hizo con ustedes. Porque si lo hace, el muchacho morirá.

- Entonces... ¿no es probable que él lo vea?

- Dudo mucho que lo logre ver, solo está siendo atormentado por él y se asegura de no matarlo.

- ¡Eso es horrible!- la puerta de la sala se abrió, y entro aquella muchacha, Sayuri, esbozando un sonrisa extraña.

- Sí que lo es- dijo acercándose a nosotros y sentándose a lado de Akira- continúen, continúen por favor- dijo haciendo un ademan con las manos

- ¿No tienes nada mejor que hacer?-preguntó Akira

- Para nada, esto esta interesante-Akira suspiro y ella le respondió con una gran sonrisa-

- Bueno, retomando nuestra conversación. Eso es todo lo que se sobre el espíritu que te está persiguiendo

- ¿Pero por qué me persigue? No entiendo… ¿Qué es lo que quiere de mí?

- Los espíritus son imprescindibles, a veces sus acciones no tienen mucha razón ni coherencia alguna- dirigió la vista hacia mi brazo- Esa marca que tienes ahí es muy rara.

- Co-como...

- ¿Qué marca?-preguntó Taka.

- Esa de su brazo-la manga de mi chaleco se había recorrido, por eso la había visto- ¿Cuándo fue que apareció?

- Recién la note hoy día.

- ¿Por qué no me dijiste nada Shima?-preguntó Taka en tono severo

- Lo siento.

- Déjame ver- tomo mi muñeca y la observo al preocupado- Parece... que fuera parte de tu piel.

- Me la hizo...él.

- Esta más que claro que quiere algo de ti- dijo Akira en tono serio- que haya marcado tu brazo... no sé lo que significa, pero no es bueno... para nada bueno, me da una sensación muy extraña, este espíritu tiene mala intenciones y es muy probable que no se detenga hasta obtener lo que quiere.

- ¿Pero cómo saber lo que quiere?

- ¿Ah? -Sayuri me observó sorprendida- ¿Estás diciendo que lo ayudarías a obtener lo que ese espíritu quiere?

- Ta vez... así ya dejaría de perseguirme.

- Los espíritus pueden ser muy codiciosos- Su semblante se puso serio.

- Solo quiero saber que es nada más.

- Podríamos invocarlo y hablar con él-sugirió Akira.

- ¿En serio puedes hacer eso?

- ¡No lo dudes! -dijo Sayuri- es un experto en esto, puede invocar cualquier tipo de entidad que se le pegue la regalada gana -dijo animada- ¿no es así?

- Sí -respondió algo avergonzado

- ¿Tú también puedes invocar cosas?- le pregunté a Sayuri

- Sí, pero no soy tan genial como él.

- Me halagas. Veras los espíritus pueden tocar cosas, es un hecho, pero nosotros no los podemos tocar, ni siquiera yo. Pero Sayuri sí pude

- ¡Así es! Son tan tangibles para mí, como lo son todas las cosas, incluso tu alma, si quisiera podría arrancártela...

- Sayuri- Akira la regaño.

- ¡Solo bromeaba! Hahaha- eso me puso pálido- Bueno... ¿quisieras invocarlo?

- Sí- dije algo dudoso.

- Hay riesgos- dijo inmediatamente.

- No me interesa quiero hacerlo- ella dio un suspiro.

- Te diré algo, muy importante, presta mucha atención:

Al invocar un espíritu, se abre algo así como una puerta, entre el más allá y nuestro mundo ¿Sabes cuantas entidades del más allá, están esperando una entrada libre hacia nosotros, con las más terribles intenciones?- negué con la cabeza- Solo un idiota sin experiencia alguna, un tarado sin nada mejor que hacer, abriría una puerta hacia el más allá e inconscientemente invocaría una entidad de muy malas intenciones. Pero alguien como nosotros- se señalo a ella misma- con experiencia, y talento, invocaría a la entidad "correcta" la mayoría de las veces...

- ¿Por qué no todas las veces?

- No termine aun- dijo en tono severo- digo la mayoría de las veces, porque esos espíritus que están esperando por una entrada, harían lo que sea por entrar. Tanto así, que podrían engañarte y tomar la apariencia del espíritu que tú estabas buscando.
Los espíritus son demasiado especiales, tratan de engañarte y tomar control de todo.


Recuerda: Veras lo que un espíritu quiere que veas, escucharas lo que él quiere que escuches, te engañara para que hagas cosas que él quiera, te hará lo que a él se le plazca, conseguirá lo que quiere a toda costa.

- Sayuri me estas asustando- dijo Taka con voz temblorosa.

- Tranquilo Taka-dijo con una sonrisa- Bueno, porque los espíritus son tan manipuladores, cuando se los invoca siempre necesitas alguna pertenencia de ellos o algo que los vincula personalmente, como cabello, ropas o hasta algún retrato, para estar más seguros de que invocaras al espíritu correcto.
Pero si ese espíritu no quiere ser invocado, no lo será, así de simple.

- Son unas divas- dijo Akira, todos empezamos a reír- Bueno, es algo complicado invocar correctamente un espíritu, para nosotros se ha vuelto fácil con el tiempo. Pero un doppelgänger es extremadamente difícil de invocar, hasta para el más experto de todos le sería demasiado complicado.

- ¿Por qué no me sorprende eso?-dije algo cansado e irritado

- Hey, dije difícil no imposible. Es posible, creo que el método que resultaría al cien por ciento, es usar la sangre de su doble vivo, no me refiero a solo una gotita. Debe ser una gran cantidad.

- ¡¿Cómo diablos conseguiré eso?!

- Dije que es un método, que sí o sí funcionara. Podríamos tratar de invocarlo a la manera tradicional, pero es muy probable que no funcionara y no obtendrás nada por resultado. Ya te lo dije, un doppelgänger es un espíritu muy especial y diferente de cualquier entidad, por lo tanto invocarlo no es cosa fácil.

- ¿No hay otro método?- ambos se miraron dudosos.

- Me temo que no estoy seguro- dijo en un tono no muy convencido.

- Esto es frustrante- dije irritado en un suspiro.

- Tranquilo-dijo Sayuri en tono suave- te ayudaremos.

- Sí, los amigos de Taka son nuestros amigos también- dijo en tono gracioso- ya encontraremos una manera.

- Gracias-dije sinceramente.

A decir verdad, era realmente interesante y entretenido conversar con ellos. Tenían mucha práctica y experiencia en lo que hacían, y no tardé mucho en tomarles confianza, eran personas realmente encantadoras.

- Bueno, creo ya es hora de irnos, es tarde ya- dijo Taka bostezando.

- ¡Fue entretenido!-dijo Sayuri siempre animada- deben venir más seguido, no nos abandonaras otra vez, ¿no Taka?

- Ya te dije, estuve realmente ocupado, el trabajo es un asco.

- Bueno te perdono- dijo sonriendo.

- Antes de que se vayan, ¿Puedo hablar un segundo contigo, Taka?-pregunto Akira algo tímido- no tomara mucho.

- Está bien.

Ambos salieron de la sala. Sayuri seguía sonriendo, observándome, no pude evitar reír.

- ¡Hey! Lo siento, no sabía que decir, me bloquee.

- Esta bien... eh... ¿en serio puedes ver y tocar espíritus?

- Sí, pero no solo espíritus. Desde que era una niñita, podía ver cualquier tipo de cosas extrañas, veía "fantasmas" muy a menudo, pero también podía ver criaturas muy extrañas... muy grotescas. Jamás intente hablar con esos, siempre podía hablar con otros espíritus, también jugaba con ellos, ¡era algo divertido! En especial con los niños, era con los que más me gustaba estar- eso me pareció realmente perturbador- ¡hey! No me mires así, son de gran compañía

- Bueno, si tú lo dices... ¿entonces siempre estuviste rodeada de espíritus?

- Sí- dijo alegremente.

- ¿Y tu "especialidad" es poder interactuar a un nivel físico con ellos?

- Así es.

- ¿Y cuál es la especialidad de Akira?

- Mmm... Pues -desvió la mirada hacia arriba, con expresión pensativa- es muy buen invocador, nunca falló en invocar al espíritu correcto. Pero alguna especialidad extraña... no lo se

- ¿Cómo que no?... ¿Qué hay de sus ojos?

- Ah! Sabía que preguntarías eso, todos lo hacen.

- Pues llama mucho la atención- dije algo apenado- me dio algo de miedo al principio.

- Bueno... él nació así, pero nunca me dijo sí le servía para algo especial, aunque yo te digo que... ¡estoy casi segura de que tiene algo especial!, se lo pregunte tantas veces, pero él se niega a responder.

- Vaya...

Se quedo callada, con los ojos muy abiertos, note que no despegaba la vista de mi cuello. Lo cubrí más con la bufanda que tenia puesta.

- ¿Qué paso ahí?- pregunto algo sorprendida.

- No es nada.

- Déjame ver- se acerco rápidamente hacia mí, trato de quitarme la bufanda.

- ¡No, deja! ¡No es nada!- pero me quitó la bufanda y se quedó sorprendida observando el gran hematoma que rodeaba mi cuello

- ¿Eso te lo hizo el doppelgänger?- se sentó a lado mío sin dejar de observarme sorprendida.

- ¿Me devuelves la bufanda, por favor?

- Lo siento- esbozo una leve sonrisa- debes pensar que soy una entrometida.

- Solo eres curiosa- dije volviendo a colocar la bufanda alrededor del cuello.

- ¿... te molesta demasiado?

- ¡No!, en serio no te...

- Me refiero al doppelgänger.

- Ah… bueno sí- dije en tono evanescente- no solo me molesta, me persigue... me lastima.

- Mmmm...-me observo algo preocupada.

Llevo atrás su larga y lisa cabellera, con ambas manos. Dejando mostrar un collar. La cadena era de plata y algo larga, lo que más llamaba la atención era el adorno que colgaba de ella, de forma extraña, larga y puntiaguda, hecha de metal y un cristal blanco. Tomo la cadena con ambas manos y la llevo hacia arriba, sacándose el collar.

- Toma- dijo en tono suave-

- ¿Ah?...- la observé dudoso.

- Acéptalo, lo necesitas más que yo.

- ¿Qué es eso?

- Es un talismán, hecho de cristal de roca. Es un cuarzo en su estado más puro, y la cadena está hecha de un metal especial. Te protegerá de los espíritus que quieran hacerte daño.

- Es muy amable de tu parte, pero no puedo aceptarlo.

- No seas molesto, yo tengo muchos así- llevo la cadena encima mi cabeza y me puso el collar- te servirá, créeme.

- Gracias- dije observando el talismán, era realmente bello.

- De nada- dijo sonriendo.

- Pero... ¿por qué me lo das?

- ¡Ya te dije! Lo necesitas más que yo- se quedó un momento callada, observándome preocupada- no te lo quites, te prometo que te protegerá. Pero jamás te lo quites-desvió la vista a un lado, como si estuviera observando algo detrás de mí, abrió sus grandes ojos.

- ¿Sa-Sayuri?... ¿ves algo?-asintió con la cabeza- ¿Qué es?

- ¿Estás enojado conmigo?- dijo sin quitar la vista detrás nuestro-

- ¿Qué?

- ¿Qué es lo que quieres?- comprendí que no hablaba conmigo- Oye tú, ¿no te cansas de estar ahí parado todo el tiempo, observando?- sentí un horrible escalofrió recorrer mi cuerpo- Ahora no podrás hacer nada.

- Sayuri...

- ¡No te preocupes!- volvió a dirigir la vista hacia mí, con una sonrisa- solo no te quites el collar.

- Eres extremadamente rara...

- Haha, lo sé- dijo alegremente sin dejar de sonreír.

Taka y Akira volvieron a entrar a la sala, noté como las mejillas de Taka estaban completamente ruborizadas.

- Vamos Shima, ya es tarde, y es un largo camino de vuelta.

- Está bien- dije caminando hacia él.

- Volverán, ¿verdad? ¿Sí, sí? ¡Digan que sí!- dijo Sayuri enérgicamente caminando detrás nuestro por el pasillo.

- Sí, volveremos- dijo Taka.

- ¿Lo prometes?

- Sayuri...- dijo Akira en tono regañón.

- Solo quiero estar segura- dijo en tono infantil.

- Bueno- Akira abrió la puerta principal-

- Nos veremos pronto- dijo Taka sonriendo.

- ¡Más te vale!- dijo Sayuri abrazándolo- Cuídate enano.

- Que graciosa.

- ¡Tú también cuídate Shima!- me abrazo a mí- puedo llamarte Shima, ¿verdad?

- Claro.

- Vamos, Shima- dijo Taka saliendo por la puerta.

- Fue un gusto- Akira estrechó la mano conmigo- ¡Ah! Por cierto me olvide de algo.

- Dime.

- Es mejor que no establezcas ningún tipo de relación con tu vecino- dijo en tono serio.

- ¿Ah? ¿Por qué?

- ¡Vamos Aki! Ese tipo de personas no establecen relaciones con nadie-dijo Sayuri.

- De todas maneras te lo digo, es lo más aconsejable.

- Aun no me dijiste por qué.

- Porque... terminarías lastimado... tú y todos alrededor tuyo - me quede atónito, sin palabras.

- ¡Shima!

- Eh s-sí ya voy- me di la vuelta para caminar hacia Taka.

- ¡Adiós Shima!, no te preocupes, encontraremos alguna manera de invocarlo- gritaba Sayuri agitando su mano en el aire.

Taka caminaba a paso rápido, trataba de mantener su mismo ritmo. Las calles estaban repletas de gente muy extraña, era un lugar algo intimidante. Parecía que todos nos vigilaban a cada paso que dábamos.
Llegamos a la parada de buses, pero faltaba mucho para el próximo bus. Así que caminamos hacia la parada del metro, Taka no dijo ni una sola palabra, hasta que ya nos encontrábamos dentro del metro, que estaba vacío.

- Como odio este lugar- dijo después de haber dado un suspiro.

- Me dio nervios estar en esas calles. Y por cierto... ¿por qué nunca me comentaste acerca de ellos?

- ¿Ah?... eh no, no lo sé- dijo nervioso

- ¿Cómo los conociste?

- Ah... pues, conocí a Akira hace un buen tiempo, él... él me salvo de un grupo de imbéciles que trataron de asaltarme, y me apuñalaron con una navaja en el estomago...

- ¡¿Qué?! ¡¿Y nunca me lo dijiste!?

- Lo siento... - dijo apenado mirando al suelo- él me salvo, me llevó a su casa y curo la herida, me quede ahí por tres días, porque Sayuri no me dejaba ir, decía que aun no cerraba bien la herida. Akira siempre estaba ahí, limpiaba la herida cada vez, me daba de comer y conversábamos de cosas sin sentido- dijo sonriendo de lado.

- Te gusta...

- ¡¿Qué?! Es solo mi amigo.

- ¡Oh vamos! Te conozco demasiado bien, te gusta. Con razón nunca me contaste nada y por la cual no quieres decirme la verdad.

- ¡Estoy diciéndote la verdad!

- Puedo verlo en tus ojos Taka, lo conoces de otro lado, ¿verdad?

- Eres un paranoico.

- Yo no soy el que oculta cosas y se pone nervioso y sonrojadito cerca de Akira –dije en un tono muy burlón.

- Ya bueno, respondí tu pregunta, así los conocí- su rostro estaba rosáceo de vergüenza.

- Me parecieron agradables.

- Lo son, Akira siempre se preocupa por los demás y Sayuri es todo un personaje, es algo rara pero es igual que Akira, siempre se preocupa por todos- dijo con un tono dulce- Son hermanos.

- ¿Hermanos?... no se parecen en nada.

- Los padres de Akira adoptaron a Sayuri cuando ella tenía ocho años. Y al parecer ambos tenían muchas cosas en común.

- Ya lo creo- se quedó en silencio, con la vista al suelo, pero con una sonrisa dibujada en sus labios- Gracias Taka.

- ¿Ah?

- Gracias por ayudarme.

- No te preocupes Shima, para eso están los amigos.

- ¡Sí!-puse un brazo alrededor de sus hombros, abrazándolo-Eh Taka, estas muy sonriente esta noche, que te habrá "dicho" Akira, ¿no?

- ¡Hey!, ¡no seas idiota!-alejó mi brazo de él-

- Taka enojón- empecé a hacerle cosquillas- ¿Qué diría Akira si te viera así de enojón?

- ¡Hahaha ya basta Shima!- él también empezó a hacerme cosquillas.

- ¡Hahaha basta! ¡Hahahaha me duelen las costillas!

Proteger a las personas que son especiales para ti, a costa de cualquier cosa, ¿verdad?
Yo quería proteger a esas personas que eran especiales para mi, tanto así, que los consideraba como una parte mía, una parte de mi corazón.

Pase varias semanas en tranquilidad, ya no sentía que nadie me perseguía, ya no oía ni veía cosas extrañas, ya no volví a ver al doble de Yuu. Creo que en gran parte, se lo debo a Sayuri, no me quite el talismán que me regalo. Me sentía como una persona normal de nuevo, pero las palabras de Akira, volvían a mí como un golpe en la cara:

"Es mejor que no establezcas ningún tipo de relación con tu vecino.

Porque... terminarías lastimado... tú y todos alrededor tuyo"

No quería creer eso, pero siempre me llenaba la cabeza de tantas dudas, que me desesperaba. Eventualmente, tuve que volver a mi apartamento, pero no vi a Yuu... pasaron semanas y semanas, no lo vi. Me preguntaba cada día, si él estaría bien, pero no me atrevía a visitarlo o acercarme a su puerta.

Tal vez cierta parte de mí, trataba de hacer caso a la recomendación de Akira, pero una gran parte de mí, quería volverlo a ver, quería acercarme a él y tal vez... solo tal vez, poder descifrar ese gran misterio que expresaban sus ojos.

Hay cosas que simplemente no podemos evitar, no podemos controlar todo lo que pasa alrededor nuestro, tal vez podemos afrontar lo que pasa a nuestro alrededor. Pero el destino es lo que controla gran parte de la vida, las cosas se basan en el destino y en cómo lo afrontas.

Akira y Sayuri, esos dos hermanos tan extraños, pero de un corazón tan noble, se habían ganado toda mi confianza, llegue a apreciarlos mucho con el tiempo, al igual que Taka. Ellos tres eran ahora una parte de mí, una parte de mi corazón, mis seres queridos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario